jueves, 4 de julio de 2013

Venus, desnudos y corsés. El mundo de Horst P. Horst.

La fotografía puede ser muy mentirosa. Aquello de que una imagen vale más que mil palabras es, en la mayoría de los casos, una coletilla recurrente, pero nada más que una enorme falacia. Sin embargo, en cuanto a impacto se refiere, ella es la más grande. La fotografía, aunque con límites en la narración, puede hacer sentir, demostrar e insinuar. Cuando se habla de moda, contamos al menos una docena de grandes fotógrafos que han participado en la construcción de una estética propia y que traza el saber hacer del pasado y del presente.
Donatella Versace, al presentar su colección de Alta Costura en París para Atelier Versace 2013, señalaba a dos de estos artistas como inspiración para sus diseños: Horst y Man Ray. Y es que, Versace y los dos fotógrafos en sus diferentes obras incluyen siempre e irremediablemente el factor de la sensualidad sin pudor. Aunque tal vez, lo de Donatella pueda denominarse de otras maneras  menos agradecidas.
Horst P. Horst nació Horst Paul Albert Bohrmann en una  Alemania a la que no le esperaba su mejor momento. Según se dice, el cambio de nombre responde a un intento de evitar las confusiones en Estados Unidos con el apellido de uno de los líderes del NSDAP, Martin Bormann—Hitler no, el otro—; no obstante, el archivo de Vogue cita este apelativo ya en 1931, cuando se publicó su primera fotografía firmada en Vogue París. Horst, que siempre había tenido suerte, antes de fotógrafo quiso ser arquitecto y con este pretexto se mudó a París para trabajar con el mismísimo Le Corbusier. Siguiendo la costumbre de trabajar con los grandes, en el arte de la luz le introdujo Hoyningen-Huene y de su mano empezó  a publicar en Vogue. El fantasma de la guerra que se extendía por Europa llegó también a Francia y Horst emigró a Estados Unidos, donde continuó su suerte.
Sus imágenes se diferencian por las poses congeladas y esculturales de las modelos, afectadas y clasicistas. Si las fotografías de Richard Avedon están llenas de movimiento, las de Host están marcadas por el estatismo.  





Además de fotografía de moda —el grueso de su obra es al servicio de Vogue, Diane Vreeland, Coco Chanel y retratos de la alta sociedad —, sus inquietudes artísticas iban más allá. Horst se perdía en la sensualidad del desnudo. De hecho, formó parte del pabellón surrealista "El sueño de Venus" de Dalí en la exposición universal de 1939 en Nueva York.
El sueño de Venus


El director de cine estadounidense, David Fincher, antes de ponerse a hacer grandes películas con Brad Pitt de protagonista — “Seven” (1995), “El club de la lucha” (1999) y “El curioso caso de Benjamin Button” (2008) — rodaba en 1991 el videoclip del single “Vogue” de Madonna. Basta con echarle un vistazo al vídeo para ver la inspiración y homenaje al fotógrafo. Y es que la imagen de una espalda desnuda y un corsé a medio atar llevará por siempre a fuego el nombre de Horst P. Horst.  



 Imágenes: http://www.horstphorst.com/

martes, 22 de enero de 2013

La luz de una polaroid



Ya hemos tenido tiempo para aprendernos los estilismos de famosos y famosas en la alfombra roja de los Globos de Oro. Ya hemos juzgado y hecho miles de listas de las mejores y peores vestidas de la noche y hemos afirmado que estamos de acuerdo con Pelayo Díaz, (katelovesme.net) que la mejor es Rachel Weisz vestida de Louis Vuitton y con Daniel Craig a juego.
Pero la otra cara de los famosos esa noche podemos verla con esa luz especial que dan las polaroid, gracias a la cámara del fotógrafo Lucas Michael que se dedicó a sacar instantáneas de los invitados sin el postureo del photocall. 


Christoph Caltz

Ben Affleck

Adele, que ganó el Globo de Oro por la canción de Skyfall.
 
Claire Danes

Daniel Day Lewis

George Clooney

Jessica Chanstain con su Globo de Oro por La noche más oscura. 

Hugh Jackman, por Los Miserables

Julianne Moore, enseñándonos a envejecer

Quentin Tarantino

Jennifer Lawrence, compaginando su "yo" independiente con su "yo" comercial.